me lleno los bolsillos de arena y me abrazo a esta roca...
dejo la piel en la orilla y me regalo todo el aire.
todo.
el aire.

10 feb 2010

Paseando por Colombia #1


Cartagena, Parque Nacional Tayrona y Playa Blanca

24/I/10
Después de 10 horas de vuelo entre Madrid y Bogotá, hacer cola en inmigración y enlazar con el puente aéreo, por fin llegamos a Cartagena y nos dejamos envolver por su famoso abrazo: un calor húmedo casi espeso que delata el clima caribeño de la ciudad.
Nos acogió Juancito (que grande!) en casa de su abuelita y pasamos el primer día y medio básicamente aclimatándonos, descubriendo frutas nuevas y extrañas en los supermercados, tomando zumos naturales que nos hacían bailar las papilas... pero sobretodo siendo testigos casi alienígenas de un paisaje humano que se mueve a un ritmo propio, particular y a veces desconcertante (desde mi acotado referente hasta ese momento, claro). 
Durante esos días de adaptación, pudimos experimentar la esponjosidad del tiempo. En Colombia oscurece temprano (como a eso de las 18h) y entre eso y el cambio horario, Gus y yo andábamos con los biorritmos bien destartalados.

26/I/10
A las 6 de la madrugada iniciamos un viaje nada monótono hacia el Parque Nacional y Natural del Tayrona. No faltaron momentos pintorescos en este trayecto de 6h (como las diversas averías que sufrió el bus-chatarra que nos llevaba a la entrada del parque) pero ya forman un todo con el recuerdo de la experiencia. 
No soy capaz de embutir en palabras la belleza del paisaje de esa zona. Caminamos durante unos 45min en medio de la selva tropical para llegar hasta el punto en el que la selva casi se arroja al océano. Un océano que arrastra su rugido profundo e incansable junto con troncos erosionados y cocos aventureros hasta la playa de arena coralina. 
Allí pasamos 4 días y 3 noches, acampando entre palmeras, grillos y murciélagos; comiendo conservas con las manos (nos olvidamos llevar utensilios), disfrutando del sol caribeño y, por encima de todo gozando de la compañía de aves, cangrejos playeros, y otros animales locales que no habíamos visto sino en los documentales de la 2.
Contrapartida: una pequeña insolación, gastroenteritis y Gus una linda colección de picadas de mosquito.

30/I/10
De vuelta a Cartagena... ya no me siento como alguien observando un cuadro a una distancia prudente, cada día me siento más dentro de esta colorida composición. 
El gusto por esta ciudad aumenta un poquito cada día, y cada día se amolda uno un poco más a la gentil tiranía de este calor omnipresente.
El sábado noche fuimos a un local llamado La Comarca, una tienda de tesoros marinos y otras antigüedades reconvertida en bar y donde se disfruta de música en vivo y un ambiente bellísimo... no es por nada que García Márquez es un cliente habitual.

2y3/II/10
Decidimos ir a Playa Blanca, en la Isla de Barú (una península convertida en isla por la acción del hombre). 
Experimentamos con nuevos transportes como canoa y moto-taxi para cruzar la isla y meternos de lleno en una postal: aguas turquesas, arena blanquísima, cabañas con hamacas para hospedarse, palmeras, caracolas...
La vuelta a Cartagena la hicimos por mar en una barca de pescadores que se sacan unos pesos extra llevando a guiris como nosotros de un lado al otro.

Decir que cada vez me siento más cómoda en esta nueva versión nómada de mí misma, bajo una nueva piel tal vez más porosa que me permita absorber y aprender con cada puntito trazado en el mapa...

12 ene 2010


El 24 de enero, y si ninguna adversidad más decide poner nuestro empeño (y nuestro bolsillo) a prueba, Gustavo y yo iniciaremos el viaje por América del Sur.
Comenzaremos en Colombia e iremos trazando puntitos rojos en el mapa durante 4 meses.

Mi intención es compartir aquí con vosotros algunas imágenes y, si el óxido me lo permite, algunos escritos que vaya pariendo por el camino.

...así os llevaré un ratito de paseo en la mochila sin que me cobren por sobrepeso...


¡ale pues!

·tanya·